En el marco del Congreso Europeo del Cáncer, científicos aseguran haber establecido la razón por la cuál algunos cánceres regresan con el paso del tiempo mientras otros responden al tratamiento y son erradicados.

El motivo, es un factor genético que impulsa a padecer recurrentemente cáncer.

De comprobarse este descubrimiento, se trata de un avance en la materia que permitirá identificar a aquellos pacientes en riesgo de recurrencia y facilitará la planeación de medicina genómica.

“Los investigadores creen que estos hallazgos pueden tener importantes implicaciones en la medicina personalizada; es decir, si los cánceres individuales pueden cambiar genéticamente con el tiempo, significa que los tratamientos que se dirigen a una mutación genética particular, ya sea en la clínica o en ensayos, tendrían que modificarse a medida que la enfermedad progresa basándose en las muestras de tejido cancerígeno a medida que avanza la enfermedad, en vez de hacerlo en las muestras obtenidas cuando el cáncer se diagnosticó por primera vez”, asegura el sitio ABC.es

Agrega que de acuerdo con Lucy Yates, investigadora del Instituto Sanger de Wellcome Trust se han percadado que “algunas de las mutaciones genéticas que causan cánceres de mama recurrentes son poco frecuentes entre los cánceres que no resurgen . Por ello creemos que las diferencias que hemos visto reflejan diferencias genéticas que pueden predisponer a un cáncer a reaparecer, combinadas con mutaciones adquiridas a lo largo del periodo comprendido entre el primer diagnóstico y la recaída posterior”.

Los genes sospechosos son:  JAK2 y STAT3, que operan dentro de la misma vía de señalización. “En algunos cánceres de mama, una interrupción en esta vía de señalización parece ser beneficiosa para la supervivencia del cáncer. Curiosamente, esto contrasta con el papel de JAK2 en algunos otros tipos de cáncer, donde el exceso de actividad del gen impulsa la malignidad más que suprimirla” explica Yates al diario español.


La esperanza es que con estos descubrimientos se puedan elaborar fármacos que inhiban el JAK, lo que sería terapéuticamente ventajoso para el tratamiento del cáncer. “Sin embargo, nuestros resultados sugieren que, en un subgrupo de cánceres, la inhibición de esta vía puede tener el efecto contrario y esto requiere más investigación”, finaliza Yates.

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